Nuestro acelerado ritmo de vida a veces nos lleva a tomar malas decisiones porque no nos damos cuenta de sus consecuencias. Para alguien que no tiene mucho tiempo, la fruta y la verdura cortada y/o envasada puede parece un regalo de los dioses. Pero aquí hay unos detalles a tener en cuenta:
Pelar y cortar fruta y verdura puede disminuir su valor nutritivo.
La fruta y la verdura ya cortada tienen un mayor riesgo de contaminación bacteriana.
Y todo ese plástico tiene una alta huella de carbono y probablemente no será reciclado, porque no es el de mayor calidad, así que seguramente acabará en un vertedero produciendo metano y contribuyendo al calentamiento global.
En resumen: Comprar fruta y verdura cortada y/o envasada, excepto de manera esporádica o para personas que no tienen acceso a otro tipo de productos frescos, no tiene sentido ni para la salud humana ni para el planeta. Lo mejor es evitarla. Y, si quieres dar un paso más en la lucha contra el plástico de un solo uso, también puedes hablar con quienes están a cargo de las tiendas en que se venden y pedirles que dejen de hacerlo. Si muchas personas lo hacemos, lo conseguiremos.

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