El yogur es un alimento muy popular que mucha gente toma porque es bueno para su salud. Pero la forma en que se vende el yogur en nuestros días está contribuyendo a enfermar el planeta.
Unas pocas marcas de yogur, las más exclusivas, vienen en envases de vidrio, que se puede reciclar muy fácilmente pero que tiene una huella de carbono muy elevada, no solo por el proceso de reciclaje, sino también porque el vidrio es muy pesado y transportarlo requiere mucho carburante. Si los envases fueran rellenables, el vidrio sería una buena alternativa. Pero de momento no lo es.
Algunos yogures vienen en envases de plástico y aquí entramos en terreno arenoso porque el reciclaje en España no es transparente. Los diferentes tipos de plástico tienen procesos diferentes de reciclaje: Un #6, por ejemplo, no tiene el mismo proceso que un #5 y, si se mezclan por error, el resultado es inutilizable. Y sin embargo en España se recogen todos los plásticos en un mismo contenedor para luego separarlos antes de que lleguen a su destino final.
Algunos envases de yogur son de plástico #6 (PS), que no se recicla fácilmente en ningún país del mundo. ¿Es España diferente? No sabemos. Pero la mayoría de los envases de yogur son de plástico #5 (PP), que no se recicla en muchos países (en EEUU hay algunas compañías que lo reciclan, pero son muy pocas y los programas locales de reciclaje no lo recogen). ¿Qué ocurre en España? Sin saber qué pasa realmente en las plantas de separación de los materiales que se depositan en el contenedor amarillo, es muy difícil saber si los pequeños envases de yogures son separados correctamente y acaban reciclándose. Es muy posible que no sea así y que gran parte de ellos sea enviada al vertedero o incinerada para producir energía (algo que muchas personas en la industria engañosamente llaman “reciclar”, ya que se transforma en algo que tiene otro uso).
Por tanto, lo mejor para nuestra salud y para la del planeta es hacer nuestro propio yogur, algo que se puede hacer sin comprar ningún aparato especial. Haz una búsqueda online y encontrarás montones de recetas. Escoge una, y si no te gusta prueba otra – no abandones a la primera. Es por una buena causa.
